4.7. Valoración
económica de servicios ambientales
El poner un precio a los bienes que nos proporcionan los
ecosistemas es posiblemente una buena herramienta para la conservación de la
naturaleza, ya que darles un valor monetario nos
hace más evidente su importancia.
Sin embargo, al ponerle un precio a los
servicios de los ecosistemas se corre el riesgo de permitir su mercantilización, o lo que es lo
mismo, abrir la posibilidad a la compra-venta de los servicios, y con esto
propietarios de los mismos.
podemos
distinguir cuatro métodos de valoración económica del medio ambiente. Estos son:
1.- el
método de los costos evitados o inducidos
2.- Método
del costo de viaje.
3.- Método
de los precios hedónicos.
4.- Método
de la valoración contingente.
Los
tres primeros son considerados métodos de preferencias reveladas y el último es
un método de preferencias declaradas, o alternativamente, métodos indirectos y
método directo.
El
denominador común de todas estas metodologías es que intentan asignar un valor
a los bienes y a los servicios ambientales de la forma en que lo haría un
mercado hipotético, que luego, en caso de así desearlo, permiten realizar una
estimación de la función de demanda del bien o servicio ambiental en cuestión.
Los
métodos directos e indirectos se ubican en una perspectiva temporal diferente.
Mientras los métodos indirectos intentan inferir la valoración que hacen las
personas de un hecho que ya ocurrió a partir de la observación de su conducta
en el mercado, el método de valoración contingente y sus variantes presentan
una situación hipotética que aún no se ha producido. Asimismo, es importante
señalar que en condiciones de incertidumbre la utilidad que una persona espera
percibir de un determinado servicio ambiental sin conocer aún el estado de
naturaleza que lo acompañará, puede variar significativamente de la que
recibirá una vez que la incógnita desaparezca.
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